Una de las tradiciones más arraigadas en Azcapotzalco, especialmente en los pueblos de San Juan Tlilhuaca y San Pedro Xalpa es la representación de la Semana Santa, acontecimiento que sin duda llega a fortalecer el tejido social de las comunidades.
SEMANA SANTA EN SAN JUAN TLIHUACA (Del blog cultura en Azcapotzalco)
Una de las representaciones de la pasión y muerte de Jesús Cristo más impactantes, se lleva a cabo año con año en el pueblo de San Juan Tlihuaca en la delegación Azcapotzalco.
A través de los años se ha perpetuado el llamado a los pobladores de este popular barrio chintololo, a participar en la representación de la pasión como parte de los llamados encapuchados, que son decenas de jóvenes ataviados con una capucha que termina en pico al estilo kukuxklán y túnicas negras y blancas.De acuerdo con vecinos de Tlihuaca, la tradición de vestirse de esta forma y peregrinar por las calles de este barrio, viene desde la época de la colonia, cuándo las celebraciones de semana santa, los encapuchados desfilaban por las calles en completo silencio, dándole un ambiente a un mas trágico a la representación.
Los encapuchados aparecen el viernes santo, junto con los soldados romanos, cuando Jesús es capturado y cuando se encuentran realizando la ultima cena y el lavatorio de pies.
TAMALES DE JUDAS Y RECORRIDO DEL JESUSCRISTO ARTICULADO (De página Delegación Azcapotzalco)
De color negro, con aroma fresco y dulce, los “Tamales de Judas”, son elaborados en San Juan Tlihuaca a partir de una receta ancestral de los fundadores tepanecas de Azcapotzalco y sólo pueden comerse el Viernes Santo durante la representación de la Pasión de Cristo en el Templo Franciscano del pueblo y el 2 de noviembre en la celebración de los Fieles Difuntos en las
periferias del panteón local.
periferias del panteón local.
De viva voz, familia en familia, la elaboración de este platillo prehispánico ha trascendido los siglos y la historia de México en etapas como la Conquista, la Independencia, la Revolución y la modernidad del fast food (comida rápida).
De acuerdo con María Elena Solórzano,cronista local, sólo dos familias en Azcapotzalco y la Ciudad de México continúan con la tradición. Muchos capitalinos no conocen el origen ancestral
de los “Tamales de Judas” y al ver su color oscuro los rechazan, ya que en el imaginario popular los tamales de dulce son rosados o blancos con fruta.
Es una costumbre en San Juan Tlihuaca degustar los tamales negros durante la representación de La Pasión y Muerte de Jesucristo. Se preparan con maíz azul tostado, molido con canela, polvo que luego se amasa con miel de piloncillo y se obtiene una pasta similar al Tzoatl de los tiempos prehispánicos, se unta en pequeñas porciones a las hojas de maíz, para formar el tamal se agrega antes un poquito de masa de alverjón, ya cocidos se amarran por pares y se cuelgan en un mecate.
La cronista explicó que Azcapotzalco contaba con 27 pueblos prehispánicos cada uno con su glifo. Tlihuaca que en lengua náhuatl significa en la oscuridad, fuesede de los médicos tradicionales, es considerado un lugar misterioso y mágico, sin embargo, algunos de manera errónea les llamaron “brujos” ya que por ser un pueblo agricultor conocían las propiedad curativas de las hierbas.
Antonio Urdapilleta, también cronista de Azcapotzalco, detalló que desde hace más de 50 años, cada Viernes Santo al medio día, los habitantes de San Juan Tlihuaca, desmontan a Jesucristo de la cruz en el Templo Franciscano y recorren las calles acompañado de otras imágenes religiosas, escoltados por hombres y mujeres encapuchados de La Santa Hermandad con cirios, velas, incensarios y flores.
El Cristo articulado, es acompañado por un grupo de hombres y mujeres voluntarios vestidos con túnicas de blanco y negro, antifaz y capirote (sombrero puntiagudo), sin autoflagelarse porque no cumplen ninguna penitencia sino que su función es cuidar que la celebración se realice con orden y respeto, mencionó el cronista.